La concepción celta de la amistad encuentra su inspi­ración y plenitud en la sublime idea del anam cara. Anam es la palabra gaélica que significa «alma»; cara es «amigo». De manera que anam cara significa «alma gemela, amigo es­piritual e íntimo». Anam Cara era una persona a quien uno podía revelar las intimidades ocultas de la vida. Esta amis­tad era un acto de reconocimiento y pertenencia. Cuando se tenía un Anam Cara, esa amistad trascendía todas las convenciones y categorías. Los amigos espirituales estaban unidos de una manera antigua y eterna.

Este texto y el nombre de la Asociación, fueron extraídos e inspirados de "Anam Cara - El libro de la sabiduría Celta" de John O'Donohue.

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El Solsticio de Verano Celta


El Solsticio de Verano Celta
El año es un círculo. La estación del invierno se vuelve primavera; de ésta nace el verano y finalmente viene el oto­ño para completar el año. El círculo del tiempo jamás se interrumpe. Su ritmo se refleja en el día, que también es circular. Primero es el alba que nace de la oscuridad, crece hacia el mediodía y decrece hacia el atardecer hasta que vuelve la noche. El ser humano vive en el tiempo; por lo tanto, su vida es circular. Venimos de lo desconocido. Apa­recemos sobre la Tierra, vivimos en ella, nos alimentamos de ella y llegado el momento volvemos a lo desconocido.
El ve­rano es tiempo de luz, crecimiento y llegada. Uno siente que la vida secreta del año se oculta en invierno, empieza a asomar en primavera y termina de florecer en el verano. Así, el verano en tu alma es un tiempo de gran equilibrio. Estás en el flujo de tu propia naturaleza. Puedes correr to­dos los riesgos que quieras, que siempre caerás de pie. Hay suficiente abrigo y profundidad de textura a tu alrededor para sostenerte, equilibrarte y cuidarte.
Litha o Alban Hefin
Los antiguos celtas llamaban Litha o Alban Hefin a esta fiesta de solsticio de verano (invierno en el hemisferio sur).Aunque sus orígenes son oscuros, la palabra Litha designa una “rueda”, haciendo alusión posiblemente al sol en su máximo esplendor.  Esta fiesta se celebra a la noche del 21 al 22 de junio en el hemisferio norte (21 al 22 de diciembre en el hemisferio sur). La noche de la víspera del solsticio, los druidas encendían fuegos circulares en lugares sagrados, cerca de fuentes de agua, que mantenían vivos toda la noche y jugaban con antorchas, o encendían ruedas que hacían rodar por pendientes. Lanzar desde una colina una rueda encendida representaba el descenso del Sol que ese día estaba en el apogeo. El solsticio, que marcaba el máximo poder el sol y el día más largo del año, también marca el momento en el que la luz del Sol comienza a disminuir en el año por los seis meses que siguen. Este acontecimiento forma parte del flujo incesante de toda la naturaleza que declina a partir de un instante de plenitud. La fiesta recomenzaba al amanecer, a la salida del sol del solsticio, haciendo sonar tambores para animar al viejo sol a levantarse temprano y brillar en el día más largo del año. Todas las fiestas en diferentes puntos del mundo la madrugada del 24 de junio (o el 21 de junio en ciertos sitios) coinciden en celebrar el instante en el que el Sol se hallaba en su máximo esplendor, cuando dura más tiempo en el cielo y muestra su máximo poder a los hombres, el solsticio de verano, el día más largo. Y la noche más corta. El triunfo de la luz sobre la oscuridad. Una noche mágica. 
Las hogueras de San Juan
Desde muy antiguo se encendían grandes hogueras en esa noche. El fuego era protección para los hombres y los animales contra las bestias feroces, aleja la noche y su misterio, proporciona luz, calor y ayuda a cocinar los alimentos. Es purificador cuando quema lo que no queremos, es renovador para los campos. El fuego es mágico. 
Aunque la noche del solsticio es la del 21 de junio la iglesia adaptó la fiesta pagana en origen, asociándola a San Juan Bautista. Es una noche en la que todo puede suceder, cuando las hierbas tienen propiedades que todo lo curan o espantan malos espíritus, las mozas encuentran novio y el amor no tiene ataduras. Las brujas y las hadas campan a sus anchas, los tesoros escondidos brillan y pueden ser descubiertos y quien coge en esta noche la hierba llamada verbena (también valeriana y trébol) queda curado de todo mal o consigue a su amor. Se salta el fuego para alcanzar la felicidad y se recuperan de las llamas, las flores arrojadas por las jóvenes para guardarlas como talismanes…

Rituales
La elaboración de ramos con rosas, saúco, hinojo, torvisco, palitroques, hierba de San Juan, cardos y otras flores; lavarse a medianoche en una fuente, riachuelo o el mar; frotarse la piel con el rocío de la mañana; echar sal por encima de los tejados, saltar la hoguera, quemar lo viejo… son algunos de los recursos más empleados por aquellos que buscan la protección.
Desde la asociación Anam Cara de Sada, os deseamos un feliz verano y que el eterno sol ilumine vuestros corazones.
(Parte de este artículo ha sido tomado del libro Anam Cara (alma amiga en gaélico) de John O’Donohue, que inspiró el nombre de nuestra asociación. Otras informaciones sobre la festividad del solsticio, fueron recogidas de internet)

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